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La verdadera felicidad es cuando uno está completamente en paz mental y físicamente en el yo espiritualmente realizado. Ser capaz de encontrar satisfacción en cualquier lugar, en cualquier momento y en cualquier cosa es verdadera felicidad y plenitud espiritual. Para vivir espiritualmente realizado hay ciertas pautas o recomendaciones que se pueden seguir. Éstos son algunos de ellos: . Darse cuenta de que la vida de uno tiene un propósito más elevado, y que el simple hecho de lograr metas materiales para comodidades a corto plazo es comprender que hay más en la vida que solo estas cosas tangibles que brindan felicidad temporal y ningún contentamiento espiritual duradero. Esto nos lleva a comprender que cada individuo tiene una razón y un propósito para estar en esta tierra y encontrar ese propósito debe ser el punto focal de la vida. .
La plenitud espiritual es encontrar la dicha en la vida. Lo que aporta más felicidad al individuo y lo mantiene constante en el ciclo de la vida cotidiana. . Ama la vida y ama el camino recorrido en la vida. Incluso si las circunstancias no le permiten a uno amar cada aspecto de la tarea en cuestión, mirarlo con una mentalidad positiva permite que la mente cambie el proceso de pensamiento de negativo a positivo, trascendiendo así con éxito el sentimiento de amor y paz que a su vez evoluciona hacia la realización espiritual..
Al crecer y expandirse tanto mentalmente como en términos de capacidades, la sensación de aburrimiento o molestia se mantendrá a raya. Obtener placer de esta voluntad de explorar también trae el sentimiento de realización espiritual.