Cuentos de bolsillo. El Emperador amaba tanto la elegancia, que solo pensaba en bellos trajets. No gobernaba, no iba a cazar : queria solo los tejidos...
Lire la suite
Cuentos de bolsillo. El Emperador amaba tanto la elegancia, que solo pensaba en bellos trajets. No gobernaba, no iba a cazar : queria solo los tejidos mas preciados, los sastres mas habiles, y trajes nuevos, cada vez mas hermosos.